18 jun 2011

My Murder: Capitulo 6

"Y estas palabras no cambian nada si ya estás muerta."
(My Chemical Romance)


¿Mi… mi autopsia?
-¿Por qué habría de estar presente en mi autopsia?
-Sabemos que la vida… o… la muerte no es justa, a veces sí. Pero debes ser fuerte, Scarlet—su rostro se mostraba serio.
-¿Qué va a pasar, pequeña?—me incliné un poco para verla a los ojos. No quería que me mintiera.
-Recuerda, Scar: responderé lo que tenga que responder, pero no siempre lo que tú quieras.
-Sí, sí… blah. Tus acertijos me dan más jaqueca.
-Entonces…que comience el espectáculo.
~~~
De inmediato la habitación se llenó. Mi cuerpo estaba ya abierto, yacía sobre una camilla con sabanas azules.
La niña de vestido azul y roído, como el mío, me tomó de la mano y me sonrió. Esto último me brindó más confianza de la que yo pudiera necesitar.
-Todo saldrá bien. Esto es para que sepas sobre lo que ha sucedido, Scar.—volvió a sonreírme, esta ocasión lo hizo con menos ganas.
Luego, desapareció.
¿Sola? ¿Debo ver esto sola?
Me sentía como en aquellos días en los que iba al dentista y mi madre salía del consultorio para que el médico hiciera su trabajo. Estaba nerviosa, no quería verme sangrar, no quería verme así de nuevo. Pero tenía que hacerlo. Tenía que “Ser fuerte” y observar la forma en que gente extraña iba a examinarme.

Es extraño ver cómo es que examinan tu propio cuerpo, como en un sueño pero esto es verdad, de una manera tan exagerada: mi cuerpo era la “escena del crimen” y tenía pistas.
Comencé a sentirme incómoda. Un médico abrió todo mi cuerpo, desde la cabeza hasta el otro extremo. Quise salir de ahí, tenía ganas de huir. Pero algo me detenía, era como si me hubieran pegado los pies al suelo.
Esto es algo muy fuerte... algo que ni a mi peor enemigo le deseo que viese...
Esta es la primera vez en la que estoy en un quirófano o algo parecido. A mí en vida, nunca me operaron de nada, al único hospital al que fui, fue el de mi hermana...
Ahora yo solo veía como mi cuerpo era abierto por la mitad. Es tan... repugnante, nunca creí que diría algo así sobre mi... pero es la cruel realidad... mi cuerpo chorreó de sangre aquella noche, y desde ahí, no he parado de preocuparme...
Pude ver mis órganos internos; logré ver mi corazón en medio de esa cavidad, mi costilla... : ese corazón encerrado en esa cárcel huesuda había dejado de funcionar desde hace horas, todo se veía enserio asqueroso...
Vi mis pulmones... lo cuales, al igual que el lastimado corazón, no funcionaban... Abajo: mi estomago, páncreas, hígado etc... Casi amontonado, pero de alguna forma se veía acomodado... es extraño. No contaré mas, por dos razones: una, no recuerdo los nombres de los demás órganos humanos, no quiere decir sea boba, solo que desde que fallecí, perdí algo de conocimiento, a veces ni siquiera se si esto es un sueño... y dos: esto está realmente nauseabundo. Estoy segura que si reviviera en este instante, comenzaría a hiperventilar y luego saldría rápido del lugar para vomitar. Pero, por fortuna no estoy viva.
Cicatrices, moretones, sangre por aquí y allá. Mi piel estaba lastimada. Me di lástima.

-Tiene lastimado el cuello uterino—dijo el médico a los demás—Saben lo que significa ¿No, chicos?—preguntó en un tono lúgubre.
Suspiró y añadió:
-Pobre chiquilla. No se merecía esto…--me acarició el cabello.
Una practicante que se encontraba ahí comenzó a llorar.
-No puedo creerlo. ¿Por qué el mundo debe ser tan cruel?—sollozaba.
-Cálmese, señorita. Este es nuestro trabajo—le llamó la atención el médico.
-Discúlpeme. Pero yo no soportaría tanta tortura. Tan solo mire su estómago, tiene horribles hematomas. Sus brazos muestran latigazos, sus muñecas… sus tobillos … aquella extremidades fueron amarradas con algo muy fuerte. Pobrecita.
-Ahora debemos decir lo que le sucedió a la policía.
¿Qué me sucedió? ¿Por qué no me lo dicen?
~~
De pronto todo me dio vueltas.


Y llegué a la sala de espera, ahí estaba sentada mi abuela. Lloraba con más fuerza que hace un día.
-¿Por qué tenía que pasarle esto a mi chiquita? ¡¿Por qué?!
Un muchacho de ojos claros la abrazaba.
Era él. Frank abrazaba a mi abuela.
¿Qué hacia él aquí?
De pronto los médicos llegaron… iban a darle el reporte de mi situación.
La cosa era que yo no quería saberlo. Simplemente no quise… y entonces salí de ahí desobedeciendo las indicaciones de la niñita.
~

Media hora después escuché los gritos desgarradores de la abuela, suplicaba a Dios que esto fuera un sueño, pero sabemos que no lo era… Simplemente no lo era.
Me senté sobre una rama de un gran árbol afuera del hospital.
-¿Por qué a mí?
Me repetí durante treinta minutos. Nada me daba una buena respuesta.
De pronto Frank le susurró algo que me hizo sentir como algo y no como alguien.
-Usaron su cuerpo. Lo sé, señora, lo sé—le decía calmándola—Pero lamentablemente el índice de las violaciones en niñas de quince años han subido de número y más en este pueblo triste y pobre…

Violada.
Me violaron antes de fallecer.

Comencé a llorar, me cubrí el rostro, odiaba que me vieran llorar. Yo nunca lloré. Ni siquiera cuando mi melliza falleció lloré; por esta razón todos pensaban que yo la había desconectado, pero no fue así, yo no haría tal cosa. Tampoco lloré medio año antes de eso, cuando mis padres fueron asesinados por Mario. Nunca lo hice. No como hoy.
Mientras me cubría y sollozaba por mi situación, sentí que algo me abrazaba.
-Ya, ya… no te quiebres, Scar. Ya pasó, ya pasó—me decía la pequeña con voz dulce, sonaba como mi madre en tiempos de lluvia y relámpagos—Tienes todo el derecho a estar asustada…
-¡Cállate!—le grité, estaba furiosa, no quería que ella me ayudara, de todos modos yo fui quién se quedó—Me obligaste a ver todo eso, ¡escuincla malnacida!
La niña se espantó ante mi reacción.
Una lagrimita salió y la secó cuando llegó a su mejilla.
-Sh… sh…--le tomé la mano—Discúlpame nena. No quería asustarte, mira… ya me calmé. –Me sequé las lagrimas y sorbí la nariz—Ya no llores tú tampoco.
Sus labios se curvaron solo un poco.
Me abrazó.
-gracias, Scar. No te preocupes, yo también sé lo que es estar solo. Te busqué por medio año yo sola…
Entonces de nuevo todo se movió de lugar. Estábamos de regreso en la sala del hospital.
-¿Qué hago aquí?
-Solo mira
Frank seguía consolando a mi abuela. Nadie más estaba con ella.
-¿Cómo pudieron hacerle esto a mi niña?
-Fueron unos malditos, lo sé señora…
Los ojos de Frank se cristalizaron.
“¿Por qué diablos estás tú aquí?” Le susurré.
-No lo sé—me respondió…
Un momento ¿Me respondió?
-No sé por qué le hicieron eso, señora…--siguió con su respuesta.
-Eres un buen muchacho. Te ves mayor que ella. ¿De dónde la conociste?
-En la misma escuela…
-¿Seguro? No te recuerdo.
-Ahora eso no interesa, señora.
-Hijo… Quiero irme de aquí. No lo soporto.
-claro, deje le llamo un taxi.
-Muchas gracias, joven. Apuesto a que eras su novio y jamás me lo dijo.
Frank se ruborizó por la suposición de mi abuela.
-No, señora. Yo no era su novio—dijo
“Lamentablemente” pensó.
-¿Eras un amigo?
-Sólo puedo decirle que era alguien demasiado cercano a ella—concluyó mientras la abuela se metía al taxi.
Mentiroso, murmuré mientras él comenzaba a caminar entre el frío de la noche para entrar al hospital de nuevo.
Se sentó sobre una banca en el jardín. Se tomó la cabeza con ambas manos y segundos después comenzó a llorar.
-No fue culpa mía, Scarlet. ¡Perdóname! ¡¡¡Perdóname!!!—comenzó a implorar a los cielos.

“¿Perdonarte? ¿Por qué habría yo de perdonarte? Eres un bastardo, primero me acosas, luego me asesinas junto con ese hombre obeso y luego… cínicamente vienes a acompañar a la abuela a ver los resultados de mi autopsia. ¿Qué te sucede? No puedo perdonarte, Frank

Le dije mientras su vista se perdía entre el césped ya mojado por las pequeñas gotitas de agua de cielo que comenzaban a caer…
-No quise hacerlo. No quería que esto pasara. Yo no fui... Lo siento.—susurró al aire.

12 jun 2011

My Murder Cap 5 "A little piece of heaven"

"Un pedacito del Cielo"
(Avenged Sevenfold)

Amanecí dormida sobre aquella roca fría en medio de la laguna…
Mi cuerpo estaba ahí, muerto, sangrante, sin vida sobre el agua.
-Un día de fallecida…. —murmuré mientras me levantaba.
Había una pequeña brisa en ese lugar que levantaba mi cabello y golpeaba mi rostro.
Me di cuenta que no sentía nada… no sabía si la brisa era tibia o fría. No lo sentía.
De pronto, algo me obligó a cerrar los ojos.
Lo hice.

La tierra debajo de mis pies se movió, y en un santiamén abrí los ojos y me encontraba sobre un verde pasto… era un gran campo.
*****

El cielo tenía un azul intenso, las nubes eran delgadas y blancas completamente. El sol brillaba orgulloso.
Al otro lado del hermoso cielo que contemplaba se veía la luna, lo cual era extraño. Así que no sabía si era de día o de noche en ese lugar.
“Este no puede ser un sueño mío… no puede ser… Sí he muerto.
No siento nada, no me ensucié cuando me resbalé en mi propia sangre.
Estoy muerta de verdad…”
De pronto algo jaló la falda del vestido blanco percudido que usaba.
Miré hacia abajo. Era una niña pequeña.
Lo más extraño era que, se parecía mucho a mi hermana. Solo que esta niña tenía los párpados hacia abajo, como si estuviera triste. Su vestidito azul marino estaba igual de roto como el mío.
Me sonrió y yo me quedé atónita ante su presencia, pero no sabía la razón.
-¡Hola, Scar!—dijo llena de júbilo. Acto seguido, me abrazó de manera afectiva.
-¿Hola?—dije mientras miraba su cabecita sobre mi estómago.
Me soltó.
Me miró detenidamente. Miró mis brazos raspados, mis rodillas con cicatrices… mi vestido roído. Miró mi cara y luego acomodó mi cabello.
Su rostro se crispó.
-¿qué te pasó? Te vez demacrada.
“Ya me había dado cuenta” pensé.
-Yo… no lo sé… --balbuceé. Y no hice caso a su pregunta--¿Quién eres, pequeña?
Sonrió orgullosa.
-Soy quien va a ayudarte.—ella seguía examinando mi cuerpo, lo cual hizo que yo empezara a verme de igual manera.
Acerqué mis brazos a mi cara para ver mejor; estaban llenos de moretones. Mis muñecas tenían muestras de cuerdas.
Después mi agaché para ver mis piernas. Tenían cicatrices gigantescas, también mis tobillos habían sido amarrados y mis muslos tenían líneas rojas: latigazos.
Adivinó lo que estaba pensando.
-Al parecer te torturaron antes de fallecer ¿eh?—lo dijo con tanta naturalidad que me hizo asentir con la cabeza de inmediato.—Ahora te dolerá la cabeza
Y así sucedió.
Era como una migraña muy fuerte. No lo soportaba… Me tomé la nuca.
Luego miré mis manos.
SANGRE

-Sí, Scar. Tienes un gran golpe. No creo que hayas tardado en irte.—seguía diciendo de manera tranquila. –Ven, agáchate—así lo hice.
Tomó mi cabeza—Auch. Enserio te hirieron. ¿No te dolía ahí abajo?
-¿Abajo, donde?
-En la tierra de los humanos.
-No
-Bueno, se te pasará. Te dejarán de doler los golpes si te quedas. Es solo un pequeño lapso de tiempo en lo que te acostumbras a este lugar.
-¿Qué es este lugar?
-Aquí vienen las almas acabadas de morir, Scarlet.—tomó mi mano.—ahora debemos resolver tu problema.—Me hizo caminar.
-¿Qué hago aquí?
-Estás aquí para aprender. Moriste para ayudar a alguien.
¿Ayudar a alguien?
Esto me parece una broma.

-Y soy “la elegida” y entonces me volveré inmortal. ¿No?—me burlé de lo que dijo. Es que, ¿Cómo iba yo a ayudar con mi muerte?
-No Scarlet. No te burles. Esto es serio, y si no lo tomas así, entonces te quedarás aquí y tu dolor físico no desaparecerá.
Sonaba muy seria. Entonces le creí.
-¿Entonces qué debo hacer?

****
De pronto llegué a la sala de mi casa.
La abuela estaba llorando desconsolada sentada sobre su silla mecedora mientras miraba un retrato mío.
En la cocina se encontraba mi tía, la hija mayor de la abuela. Y una de mis mejores amigas salió de mi habitación. Sus pequeños ojos color marrón estaban llorando, su cabello enmarañado seguía mostrando lo fuerte que parecía… Magda, mi mejor amiga estaba llorando por mí…
-¿Dónde estará mi Scar?—decía la abuela.
-No te preocupes, mamá, de seguro ha de estar de fiesta en fiesta—le dijo mi tía.
-¿Cómo crees? Ella me hubiera avisado.
-Ella ya tiene quince años, ma… entiende que a veces no seguirá todas tus órdenes… y menos ahora.
-¡Callate!—gritó la abuela—Mira, no dejaré que tú hables así de mi niña. Yo tengo sus papeles, sus padres la dejaron conmigo hace dos años. Su hermana acaba de fallecer, ¿no lo entiendes?



Magda entró a la sala.
-¿Cómo podría ella estar en una fiesta sin mí?—le preguntó a mi tía mientras sollozaba.
-No lo sé
Mi tía se fue indignada. Al parecer odiaba que me prestaran atención.
-No me sorprendería que se haya…suicidado… ay, mi chiquita—dijo la abuela llena de preocupación…
-No se ponga así, señora. Pronto sabremos algo de ella. Este pueblo de mala muerte es muy pequeño. Ella nunca salió sola más allá de la frontera.
-tienes razón…  El comisario Leto  es un buen hombre. Sé que la encontrará
-Bueno. Quiero que se calme y que descanse, por favor—le pidió Magda—Ya debo irme. Hasta luego—le dio un beso en la frente.
-Adiós, Mag. Cuídate mucho y me saludas a tus padres.
La abuela se quedó sola dentro de la sala abrazando mi retrato.
Intenté abrazarla, no quería que se pusiera así, ella debía ser fuerte.
Cuando traté de poner mis brazos sobre sy cuerpo, ella comenzó a temblar.
Traspasándome se levantó y cerró la ventana.
-hace un poco de frío…
Después se metió a su recámara y distendió su cama.
-Espero soñar contigo, querida Scarlet—murmuró con un tono lúgubre. Cerró los ojos…
La dejé descansar y me fui a vagar por el frío pueblo.
***
Llegué a la laguna de nuevo. Pensé en despedirme de mi propio cuerpo.
Pero me di cuenta que la laguna estaba abarrotada de gente y autos.
-Afirmativo. Es ella, la encontramos—decía un hombre delgado de ojos azules.
Miraba mi cuerpo lleno de preocupación. Se levantó y su cuerpo atlético pudo verse mejor.
Era Leto.
-Llévenla a donde puedan investigar lo sucedido.
-Bien, señor.
Varios hombres me levantaron con cuidado y me metieron a una especie de bolsa blanca.
****
De nuevo la tierra se movió sobre mis pies y aparecí dentro de una habitación fría y blanca.
-Scarlet. Debes ser fuerte. Si no logras sobrellevar lo que acontinuación sucederá, entonces el camino hacia tu descanso sería algo interrumpido—la niña apareció a mi lado
-¿Qué es este lugar?
-Tu autopsia.
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