¿Dónde estabas tú cuando todo se derrumbaba?"
(The fray "Where werw you when everything was fallin appart?")
(The fray "Where werw you when everything was fallin appart?")
Gerard me miró serio y luego bajó la vista. Al parecer no le gustaba hablar sobre la estancia de Frank en casa.
-No, ya no vive con nosotros.
-¿Qué? ¿Por qué?
-¿acaso te preocupa? Fue por eso que te enojaste y saliste la otra noche. Prometí no volver a hablar del asunto jamás.
-¿Qué asunto?
-No me digas que también lo olvidaste—comenzó a alzar la voz
-Claro que lo olvidé.
-Por favor, Helen… No me hagas recordarlo.
-Dímelo—ordené seria y lo reté con la mirada. Él simplemente suspiró y cedió.
-Bueno, la segunda noche que él durmió en mi cama… Tú creíste, deliberadamente, que era mi ‘amante’. Entonces te dije que yo no era gay. Pero tú insististe. Después de eso, sacaste cosas como que Frank se acababa la alacena completa y que no pensabas ayudarme a pagar más dinero por él… --Gerard golpeó la puerta y tomó su barbilla con la mano, recargando el codo sobre el brazo del asiento del auto— ¡Mierda!
-Lo siento—dije sin sentirlo realmente. Aún no… no me daba confianza. Y yo no pediría perdón por algo que yo no hice. Fue Helena, yo soy Scarlet.
-No importa… Ya no.
-Claro que sí importa. Por mi culpa dejaste a Frank solo y quién sabe dónde se encuentra ahora…
-Sigue escondido, no te preocupes, Helena—Gerard contestó tajante, con sarcasmo haciendo que algo creciera en mi estómago; era coraje—De todos modos, Frank nunca fue de tu agrado. Ni siquiera entiendo por qué traes el tema a la conversación otra vez.
-¿dónde está?
-Mejor descansa—contestó cansado tomando el volante—Has vivido suficientes emociones por hoy.
-¿Qué? ¿Por qué?
-¿acaso te preocupa? Fue por eso que te enojaste y saliste la otra noche. Prometí no volver a hablar del asunto jamás.
-¿Qué asunto?
-No me digas que también lo olvidaste—comenzó a alzar la voz
-Claro que lo olvidé.
-Por favor, Helen… No me hagas recordarlo.
-Dímelo—ordené seria y lo reté con la mirada. Él simplemente suspiró y cedió.
-Bueno, la segunda noche que él durmió en mi cama… Tú creíste, deliberadamente, que era mi ‘amante’. Entonces te dije que yo no era gay. Pero tú insististe. Después de eso, sacaste cosas como que Frank se acababa la alacena completa y que no pensabas ayudarme a pagar más dinero por él… --Gerard golpeó la puerta y tomó su barbilla con la mano, recargando el codo sobre el brazo del asiento del auto— ¡Mierda!
-Lo siento—dije sin sentirlo realmente. Aún no… no me daba confianza. Y yo no pediría perdón por algo que yo no hice. Fue Helena, yo soy Scarlet.
-No importa… Ya no.
-Claro que sí importa. Por mi culpa dejaste a Frank solo y quién sabe dónde se encuentra ahora…
-Sigue escondido, no te preocupes, Helena—Gerard contestó tajante, con sarcasmo haciendo que algo creciera en mi estómago; era coraje—De todos modos, Frank nunca fue de tu agrado. Ni siquiera entiendo por qué traes el tema a la conversación otra vez.
-¿dónde está?
-Mejor descansa—contestó cansado tomando el volante—Has vivido suficientes emociones por hoy.
Fue lo último que dijo antes de girar la llave y arrancar en dirección a su casa…
Su actitud me dejó sin palabras; porque cuando quería era un hermano cariñoso. Pero, supongo, cuando algo le molestaba o se estresaba se convertía en un demonio.
Su actitud me dejó sin palabras; porque cuando quería era un hermano cariñoso. Pero, supongo, cuando algo le molestaba o se estresaba se convertía en un demonio.
Mi cabeza comenzó a dolerme. Malditas reacciones humanas, pensé. Pues ya me había acostumbrado a ser un “alma en transición” sin sentimientos, sin hambre, sin sed, sin ganas de dormir, sin ardor sobre la piel. Pero hoy, volvía a la vida y tenía que atenerme a las consecuencias del contrato que firmé hace… ¿Nueves meses humanos?
Para que la cabeza dejara de punzarme, decidí hacerle caso a mi sarcástico ‘hermano mayor’ y cerré los ojos intentando descansar.
*
-¡¡No!!—desperté gritando esto. ¿Pero qué demonios…?
Mi sueño fue horrible. Hace mucho que no dormía, ni siquiera cuando era Scarlet-La-Humana.
Se trataba de Frank. Soñé que Frank enfrentaba a Mario y éste lo asesinaba justo en frente de mí. Ver a alguien morir no es algo especial y hermoso… Y menos si se trata de tu ‘otra mitad’.
Mi sueño fue horrible. Hace mucho que no dormía, ni siquiera cuando era Scarlet-La-Humana.
Se trataba de Frank. Soñé que Frank enfrentaba a Mario y éste lo asesinaba justo en frente de mí. Ver a alguien morir no es algo especial y hermoso… Y menos si se trata de tu ‘otra mitad’.
-¿Qué tienes, Helena?—preguntó Gerard preocupado abriendo la puerta del auto.
-Yo… ah… Tuve una pesadilla—contesté acomodándome en el asiento. Entonces me levanté para bajar y entrar a la casa. Pero cuando me incorporé con la ayuda de Way, recordé muy tarde que tenía sobre mi regazo aquél retrato que me dio la enfermera.
-Yo… ah… Tuve una pesadilla—contesté acomodándome en el asiento. Entonces me levanté para bajar y entrar a la casa. Pero cuando me incorporé con la ayuda de Way, recordé muy tarde que tenía sobre mi regazo aquél retrato que me dio la enfermera.
Éste se precipitó contra el asfalto y el vidrio que cubría la fotografía se rompió en pedacitos ocasionando un sonido terrible para la migraña que persistía en mí.
-No te preocupes, yo lo levanto—Gerard se agachó y entonces miró la fotografía que aún tenía el marco y solo la mitad del pedazo de vidrio. Luego me miró – ¿De dónde sacaste esto?
-Yo lo tenía—mentí. Obviamente no sabía de dónde había salido antes que del hospital- ¿Por qué la pregunta?
-Hace mucho que no veía esta—acarició con cuidado el retrato y al no darse cuenta, se cortó con el vidrio partido a la mitad—ouch… Las fotografías son peligrosas
La mano comenzó a sangrarle, sólo un poco. Pero en vez de morirse de dolor, me sonrió y le quitó el marco y el vidrio restante al retrato, después lo guardó en su pantalón.
-Yo lo tenía—mentí. Obviamente no sabía de dónde había salido antes que del hospital- ¿Por qué la pregunta?
-Hace mucho que no veía esta—acarició con cuidado el retrato y al no darse cuenta, se cortó con el vidrio partido a la mitad—ouch… Las fotografías son peligrosas
La mano comenzó a sangrarle, sólo un poco. Pero en vez de morirse de dolor, me sonrió y le quitó el marco y el vidrio restante al retrato, después lo guardó en su pantalón.
Volvió a tomarme del brazo para no dejarme caer. Enserio me sentía mareada.
-¿Estás bien? –pregunté preocupada. Porque, aunque sea difícil de creer, estaba preocupada porque Gerard no muriera de una hemorragia. Quiero decir… Sí, es cómplice de Mario, pero ¿Y si él es tan inocente como Frank?
-Sí, estoy perfecto. No importa… Ahora debo llevarte a tu habitación y dejarte descansar.
-Gerard, ya he descansado lo suficiente. Quiero seguir hablando.
Él me soltó el brazo, dejando que me incorporar y me acostumbrara al peso de mi cuerpo. Era extraño volver a sentir un cuerpo, desde que había muerto sólo flotaba como una pluma.
-Primero te voy a meter a la casa, deja de hablar—me pidió tajante y volví a obedecerle.
-¿Estás bien? –pregunté preocupada. Porque, aunque sea difícil de creer, estaba preocupada porque Gerard no muriera de una hemorragia. Quiero decir… Sí, es cómplice de Mario, pero ¿Y si él es tan inocente como Frank?
-Sí, estoy perfecto. No importa… Ahora debo llevarte a tu habitación y dejarte descansar.
-Gerard, ya he descansado lo suficiente. Quiero seguir hablando.
Él me soltó el brazo, dejando que me incorporar y me acostumbrara al peso de mi cuerpo. Era extraño volver a sentir un cuerpo, desde que había muerto sólo flotaba como una pluma.
-Primero te voy a meter a la casa, deja de hablar—me pidió tajante y volví a obedecerle.
Caminamos lento hacia la puerta. Esa puerta que Frank tocó hace diez meses para pedirle ayuda a Gerard. Y ahora, todo por culpa de Helena, él ya no tenía hogar o si quiera algo parecido.
~~~
Way me ayudó a sentarme sobre el sofá; noté que era nuevo, ya que hace nueve meses Frank se hundía al sentarse y este era más resistente. Aparte tenía otro diseño.
Era como si todo estuviera renovado. Incluso la cocina que, a juzgar por lo que vi antes, ahora tenía mejores acabados con el azulejo marrón.
-¿Te gusta como quedó? –me preguntó Gerard al notar que observaba cada detalle de la casa.
-Sí, se ve… Más elegante—dije, pensando en el horrible cuchitril donde vivía Gerard cuando recién Frank había llegado. Pero decidí preguntar— ¿Qué fue lo que cambiaste?
Era mejor cerciorarme de no cometer algún error al hablar.
-Pues… realmente fue Frank quien renovó la mayor parte de la casa—sonrió, como quien no quiere la cosa, y suspiró volviendo a abrir la boca—Aah. Bueno, yo también pagué algunas cosas. Como lo del baño y el medio baño, la cocina quedó muy bien, también los sillones se ven mejor… Aunque me molesta un poco el haber tenido que vender la televisión pero… Frank insistió.
-¿En qué insistió?
-Ah… Bueno, él quería darte una sorpresa cuando regresaras. Pero… bueno pasaron varios meses y comenzó a desesperarse, entonces se fue de esta casa…--Gerard se tomó la cabeza y alzó las cejas, un tanto preocupado. Luego se sentó a mi lado.
-¿Te gusta como quedó? –me preguntó Gerard al notar que observaba cada detalle de la casa.
-Sí, se ve… Más elegante—dije, pensando en el horrible cuchitril donde vivía Gerard cuando recién Frank había llegado. Pero decidí preguntar— ¿Qué fue lo que cambiaste?
Era mejor cerciorarme de no cometer algún error al hablar.
-Pues… realmente fue Frank quien renovó la mayor parte de la casa—sonrió, como quien no quiere la cosa, y suspiró volviendo a abrir la boca—Aah. Bueno, yo también pagué algunas cosas. Como lo del baño y el medio baño, la cocina quedó muy bien, también los sillones se ven mejor… Aunque me molesta un poco el haber tenido que vender la televisión pero… Frank insistió.
-¿En qué insistió?
-Ah… Bueno, él quería darte una sorpresa cuando regresaras. Pero… bueno pasaron varios meses y comenzó a desesperarse, entonces se fue de esta casa…--Gerard se tomó la cabeza y alzó las cejas, un tanto preocupado. Luego se sentó a mi lado.
-Pero también tuve yo la culpa ¿Verdad? –añadí molesta con Helena.
-No, claro que no
-Por favor, Gerard.
-Lo que pasa es que él temía que fuera encontrado. Mario habló una vez aquí y me amenazó con venir a buscarlo.
-Sigue teniéndole miedo.
-¿Cómo no quieres que le tenga miedo? Ese tipo es un desgraciado sin piedad. No deberías meterte con él… Nadie debería hacerlo
-¿Qué es Mario de ti?
Pregunté al ver que el tema de Mario y Frank siendo encontrado lo hablaba muy abiertamente.
Supongo que Gerard no se había dado cuenta de su ‘error’ hasta que formulé esa pregunta, entonces se puso tenso y me miró de reojo.
-Es… Mi jefe ¿No te acuerdas?
-Aah, no casi no. ¿En dónde trabajas?
-En el supermercado del condado, Helena—dijo como si ya me lo hubiera repetido cien veces. Al parecer, Gerard sabía mentir bien.
-¿Y ahí conociste a Frank, ahí es donde te manda Mario?
-Sí. Es obvio… Y Frank es hijastro deh jefe
-¿Pero no se supone que debería tratarlo bien, al ser de casi su familia?
-Ya te lo dije, hermana, Mario es un desgraciado.
-¿Te trata mal a ti?
-¿Quién eres, mi mamá? –dijo él lleno de rabia. Me sentía ofendida y decidí callar. Él me miró serio, se levantó del sillón y se despidió de mí.
-Ahí hay un poco de caldo de pollo. O cocina lo que quieras. Duerme. Tengo que irme de regreso al trabajo.
-Bien
-Cuídate mucho y me hablas por teléfono si quieres algo.
-Sí—dije recostándome sobre el sofá y miré el techo de la sala. Sentí un beso en la frente y luego escuché la puerta de la entrada cerrarse de golpe.
-No, claro que no
-Por favor, Gerard.
-Lo que pasa es que él temía que fuera encontrado. Mario habló una vez aquí y me amenazó con venir a buscarlo.
-Sigue teniéndole miedo.
-¿Cómo no quieres que le tenga miedo? Ese tipo es un desgraciado sin piedad. No deberías meterte con él… Nadie debería hacerlo
-¿Qué es Mario de ti?
Pregunté al ver que el tema de Mario y Frank siendo encontrado lo hablaba muy abiertamente.
Supongo que Gerard no se había dado cuenta de su ‘error’ hasta que formulé esa pregunta, entonces se puso tenso y me miró de reojo.
-Es… Mi jefe ¿No te acuerdas?
-Aah, no casi no. ¿En dónde trabajas?
-En el supermercado del condado, Helena—dijo como si ya me lo hubiera repetido cien veces. Al parecer, Gerard sabía mentir bien.
-¿Y ahí conociste a Frank, ahí es donde te manda Mario?
-Sí. Es obvio… Y Frank es hijastro deh jefe
-¿Pero no se supone que debería tratarlo bien, al ser de casi su familia?
-Ya te lo dije, hermana, Mario es un desgraciado.
-¿Te trata mal a ti?
-¿Quién eres, mi mamá? –dijo él lleno de rabia. Me sentía ofendida y decidí callar. Él me miró serio, se levantó del sillón y se despidió de mí.
-Ahí hay un poco de caldo de pollo. O cocina lo que quieras. Duerme. Tengo que irme de regreso al trabajo.
-Bien
-Cuídate mucho y me hablas por teléfono si quieres algo.
-Sí—dije recostándome sobre el sofá y miré el techo de la sala. Sentí un beso en la frente y luego escuché la puerta de la entrada cerrarse de golpe.
¿Dónde estarás, Frank?
Me levanté, usé las pantuflas y comencé a rondar la casa. Realmente todo era diferente a como lo recordaba.
~~~
~~~
Me encontraba en la cocina sirviéndome una taza de café, cuando escuché que alguien golpeaba la puerta.
-¿Quién es? – pregunté alzando la voz. Pero en vez de responder con algún nombre, la persona del otro lado golpeó una vez más la puerta, creo que estaba desesperándose.
-¿Quién es? – pregunté alzando la voz. Pero en vez de responder con algún nombre, la persona del otro lado golpeó una vez más la puerta, creo que estaba desesperándose.
Entonces corrí lento hacia la entrada y giré la perilla. Justo en el momento en el que abrí, me di cuenta que todo comenzaba a estar mejor.
Porque fue Frank quien saludó al verme.