29 ene 2012

My Murder: Capítulo 17

Para leer este capítulo es conveniente escuchar "Moonlight" (<-Click) de Beethoven. Gracias
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"Claro de luna"

 Me quedé petrificada sobre el suelo ¿en serio Gerard había llamado egoísta a mi Frank? Pero… quizá tenga razón ¿no? Porque… de todos modos no me salvó. Porque Frank sabía lo que su padrastro hacía.  Quizá Gerard sí tenga razón. Quizá todo esto sea una serie de malas decisiones tomadas por mí. Tal vez esto me afecte más de lo que pensé.

 Gerard tiene razón ¿Quién asesinaría al ser que ama?

-No fue mi culpa—contestó Frank—Scarlet—me llamó con voz entrecortada—Querida, no fue mi culpa… No la fue—repitió.
-¿Por qué le hablas a un ser que se ha ido?
-Quiero que despierte—murmuró con ojos llenos de agua
-No despertará jamás. No puede regresar—suspiró el mayor—Frank… debes dejarla ir
-No. –contestó tajante
 Way lo miró perplejo ante su respuesta
-¿Hablas enserio, Iero?
-No puedo dejarla—musitó secándose la lágrima de su mejilla derecha—Ella siempre está. Y creo que siempre estará
-No está, Frank—dijo sacudiéndolo de los hombros--¡entiéndelo! Scarlet ha muerto.
-Scarlet no ha muerto—le negó Frank mirando al vacío—Ella está…
No le digas, no le digas—susurré en su oído—Frankito, no le digas que estoy aquí… Creerá que estás loco

-Tengo que hacerlo—me contestó sin miedo
-¿de qué hablas?—interrumpió Gerard
-Hablo con Scarlet, Way

El aludido, al no entender el comentario del chico de tatuajes lo miró expectante esperando respuesta

-Scarlet está aquí—confesó Frank mirándolo a los ojos y sorbiendo la nariz.
- No es cierto—le propinó una cachetada a la que Frank respondió con una mirada de disgusto y miedo al mismo tiempo—Despierta, Iero. Scarlet murió hace dos semanas. Scarlet está enterrada a más de tres metros bajo tierra. Scarlet ya no respira desde aquella noche en que Mario le tocó de manera lasciva.
-¿Mario hizo eso?
-Mario es un pervertido, asqueroso y pendejo—contestó Gerard.
-Mario es un idiota—reafirmó Iero.
-Pero eso ya no interesa. Lo que importa es que tú tienes una enfermedad. Deliras con Scarlet ¿y sabes por qué pasa eso?—hizo una pausa, pero Frank no dijo nada—Pues porque la extrañas, porque te enamoraste de tu crimen, en aquél entonces estabas orgulloso de ser tan egoísta que no te diste cuenta que…
-Cállate—interrumpió Frank levantándose del sillón—Sé lo que hice ¿De acuerdo? Y no me siento bien al respecto. Pero tú tampoco eres nadie para decirme ese tipo de cosas, tu posición es peor que la mía. ¡Eres experto en esto!
-Shh… Cálmate, Iero. No grites esas cosas, existe algo llamado ‘vecinos metiches’
-Discúlpame—contestó sarcástico— ¡No sabía que secuestrar gente era un problema!
  Frank comenzaba a irritarse. La pequeña Scarlet volvió a aparecer a mi lado.
No me habló, sólo miraba la escena parada a mi lado derecho mientras yo la observaba a ella sentada con la cara apoyada entre las manos.

-Caos—fue lo único que la escuché decir.
No quise contestar o comentar nada. Ahora su presencia era más fuerte y sentía algo de miedo.
-Muy bien. Tienes razón—continuó Gerard levantándose igual—Soy ruin y un idiota. ¿Pero entonces por qué vienes tú a pedirme ayuda?
-¡Porque soy más idiota que tú!
-Frank—le dijo llamándole la atención cual madre seria--¿Puedes ser más específico y dejar de gritarme en la carota?
-Discúlpame—se sonrojó—Gerard. Huí de casa
-¿Estás loco?

De nuevo lo llamaba ‘loco’ como si él fuera una blanca paloma
-Antes de que iniciaras tu chisme sobre mi enamoramiento con Scarlet—qué lindo sonaba eso, pensé y Frank otra vez se sonrojó. Al parecer volvió a escucharme—Iba a contarte mi situación.
-Muy bien—se dirigió hacia su cocina—Ahora sí voy por algo de café. ¿Quieres algo?
-Igual, por favor—contestó Frank de forma automática y volvió a sentarse en el sillón debajo de la luz amarillenta de la vieja sala de Way.
-¿Enserio crees que funcione?—
le repetí en un susurro
-Eso espero. ¿Ya todos saben…?—inició
-¿Qué?

-No nada
-Dime, Frank
-Yo… bueno…
 Gerard llegó con dos tazas humeantes con olor a café, por supuesto. Nos interrumpió. Creo que Frank ya iba a dar por sentado lo que sentíamos, pero vaya situación en la que nos encontramos porque siempre somos interrumpidos cuando llegamos a ese tema.

-Entonces. Cuéntame. Mario… te violó ¿o qué?—bromeó Gerard dándole su taza a mi Frank
-No—murmuró serio—Estoy aquí, porque Mario es un idiota. Ya casi soy mayor.
-Sólo un año más ¿Cierto?—Gerard dio un sorbo después de hablar
-Sí. En fin, quise salir de ese infierno porque no soporto escucharlo hablar solo, o hablar por teléfono con sus prostitutas de aquél supermercado de mala muerte.
-¿Asilo?—fue lo único que dijo Gerard
-¿Puedes darme algo?
 Way rió por lo bajo. Ese hombre tenía la cabeza llena de doble sentido
-Pues si quieres—contestó haciendo un movimiento con la cabeza fingiendo que veía el trasero de Mi Frank.
-¡no hablo de eso!
-Ya sé—le sonrió mostrando esos dientes igual de amarillentos que la luz—Claro que puedes quedarte. Te esconderemos porque Mario llamará a la policía, y lo sabes.
-sí, sí—suspiró—Gerard
-¿Si?
-¿tu… me acusarías?
  El mencionado puso cara de ofendido
-¿Cómo crees? Tal vez trabaje con ese demente de Mario, pero no te haría algo así. No soy lame botas y mucho menos un chismoso.
-Gracias, Gerard.
-Pero no quiero que me metas en problemas.

*

Hicieron un trato y a la una y media de la madrugada Frank ya estaba dormido en una habitación muy pequeña, contigua a la de Gerard. Al parecer esta era casa de sus padres, pero al morir, se la heredaron.
-Buenas noches. Iero—le dijo antes de salir de la habitación
La pequeña Scarlet sonrió y luego desapareció de mi vista.
 Entre penumbras, Frank miraba la ventana por donde la mayor parte de la luna se asomaba.
-¿Scarlet?—susurró temblando debajo de las cobijas—Estás aquí ¿Verdad? Siento tu frío.
-Sí—contesté sentada sobre el marco de la ventana para hacerme creer que miraba a mi en vez de al cielo estrellado.
-¿No tienes miedo?
-No. Ya no tengo por qué—dije reflexionando
-Cierto… --guardó silencio un momento y luego volvió a llamarme—Scarlet…
-¿Mande?
-¿Cómo se siente estar muerto? Porque… eres un fantasma ¿no? ¿O eres parte de mi imaginación, como dijo Way?
-Me siento más viva que el suelo de esta casa, Frank.
-Si fueras una clase de alucinación ¿me lo dirías?
-Supongo
-Muy bien
-Duerme, Frank. Mañana aún tienes que regresar a la escuela
-No planeo hacerlo. La policía me buscará ahí—bufó—Jamás pensé que esto me haría la vida tan complicada.
-Yo tampoco.
 Volvió a reinar el silencio en la habitación.
Lo miré contar los mosaicos cuadrados del techo. Sus ojos relucían hermosos debajo de la poca luz plateada.
-Scarlet—Frank comenzaba a sonar como un niño
-¿Sí?
-Buenas noches
-Buenas noches, Frankito—le contesté con cariño. Él sonrió y cerró los ojos.
-¿Sabes?—murmuró aún con los ojos cerrados—Me agrada que seas esta clase de ángel guardián.
-A mí también
-Te amo—fue lo último que me dijo antes de caer dormido profundamente.

1 comentario:

Atlas dijo...

Sería muy lindo que alguien comentara :D

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